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Camino de Santiago para mamás recientes

La maternidad cambia muchas cosas, pero no borra las ganas de descubrir el mundo. De hecho, después de dar a luz, muchas mujeres sienten la necesidad de reconectar con ellas mismas, de volver a sentirse activas, capaces y, por qué no, aventureras.

En ese contexto, el Camino de Santiago puede parecer una locura… o una idea maravillosa si se hace con calma, buena planificación y etapas adaptadas.

Este artículo no es una guía técnica ni una lista de retos superados. Es una recopilación de experiencias, consejos y etapas suaves pensadas para mamás recientes que quieren caminar, respirar aire puro y compartir el viaje con sus bebés. Sin prisas, sin exigencias, sin renunciar al placer de moverse y mirar el paisaje desde una nueva perspectiva.

¿Se puede hacer el Camino de Santiago con un bebé?

La respuesta rápida es sí, pero no de cualquier manera. Caminar con un bebé implica adaptarse, observar y, sobre todo, no compararse con otros peregrinos. Las necesidades son distintas, los ritmos
también, y el objetivo no es llegar a Santiago sí o sí, sino disfrutar de la experiencia (aunque sea solo una pequeña parte de él).

Lo primero es valorar cómo te encuentras tú. No es lo mismo haber tenido un parto natural que una cesárea reciente, y tampoco es igual estar en las primeras semanas del posparto que a los seis meses.
Si ya has recuperado parte de tu energía, estás acostumbrada al porteo o simplemente sientes que lo necesitas, una escapada al Camino puede ser una forma preciosa de reconectar contigo.

Lo segundo es elegir bien el tramo: no todos los caminos ni etapas son adecuados. Hay rutas más tranquilas, accesibles y mejor comunicadas que otras, lo que te permitirá improvisar si surge algo o necesitas parar.

Porteo o carrito: ¿qué es mejor para el Camino?

Esta es una de las decisiones clave. Si tienes experiencia portando, probablemente ya sepas que para este tipo de rutas el porteo ergonómico es la opción más cómoda y versátil. Permite caminar por terrenos irregulares, subir escaleras, cruzar tramos rurales y mantener a tu bebé cerca, algo que ayuda
tanto a su bienestar como al tuyo.

Eso sí, es importante elegir un buen sistema de porteo, que reparta bien el peso y te permita tener
las manos libres. Los modelos de mochila ergonómica o fular tejido bien colocado suelen funcionar muy bien. Y si el bebé ya va sentado, algunos modelos evolutivos ofrecen mucho soporte sin forzar tu espalda.

¿Y el carrito? Puede ser una opción si eliges etapas urbanas, asfaltadas o con caminos anchos y lisos.
Pero ten en cuenta que muchos tramos del Camino, incluso los más fáciles, tienen cuestas, piedras sueltas, barro o escaleras. Un carrito todoterreno con buenas ruedas podría servir… pero también puede darte más trabajo que descanso.

¿Lo ideal? Conocer la ruta antes de decidir. Algunas familias combinan ambas cosas: porteo durante el día y carrito para los desplazamientos por la tarde, si se alojan en pueblos accesibles. Lo importante es que elijas lo que mejor se adapte a ti y a tu bebé, sin forzarlo.

Madre reciente caminando el Camino de Santiago con su bebé en mochila de porteo ergonómica

Qué debe tener una etapa para ser “apta” para una mamá reciente

No todas las etapas del Camino están pensadas para quien viaja con un bebé, y eso está bien. La clave está en saber elegir. Cuando estás en pleno posparto o en los primeros meses de maternidad, lo último
que necesitas es una jornada agotadora, con cuestas imposibles o sin servicios a la vista.

Una etapa ideal en este contexto debería tener:

Distancia corta o media: entre 10 y 15 kilómetros es más que suficiente. Recuerda que
caminarás más despacio, harás más paradas y tus prioridades son otras.
Buen terreno: caminos firmes, sin grandes pendientes ni piedras sueltas. Lo más llano y
estable posible.
Sombra y zonas de descanso: bancos, fuentes, paradas donde puedas dar el pecho, cambiar
un pañal o simplemente estirar las piernas.
Alojamientos accesibles: nada de albergues abarrotados o lugares sin baño propio. Lo ideal
son hostales o casas rurales con servicios mínimos para familias.
Cobertura móvil y transporte cercano: por si surge cualquier imprevisto y necesitas volver
al punto de partida o adelantar una etapa.

Estas condiciones no son difíciles de encontrar, pero hay que planificar. A continuación, comparto algunas de las etapas más amables del Camino del Norte, perfectas para quienes quieren tomárselo con calma.

Etapas muy tranquilas del Camino del Norte que puedes hacer con tu bebé

El Camino del Norte es una de las rutas más bellas del Camino de Santiago. Atraviesa paisajes costeros, prados verdes y pueblos tranquilos con mucho encanto. Aunque algunas de sus etapas son exigentes, otras se prestan maravillosamente para una primera experiencia con bebé.

Por ejemplo, el tramo de Irún a Bilbao (mundiplus.com/caminos/a-pie/camino-norte/camino-de-santiago-desde-irun) es un recorrido bastante amigable para madres recientes.

Etapa 1: Irún – Pasaia (Fracción de la etapa Irún – San Sebastián)

Esta es una excelente opción para empezar. La etapa completa hasta San Sebastián puede resultar larga (más de 24 km), pero dividirla tiene muchas ventajas. El tramo Irún–Pasaia ronda los 12 km y ofrece vistas espectaculares del mar Cantábrico sin ser excesivamente exigente.

Pasaia es un pueblo precioso, con opciones de alojamiento y buena conexión por carretera. Además,
puedes continuar al día siguiente hasta San Sebastián si te sientes con fuerzas.

Etapa 2: Zarautz – Getaria – Zumaia

Este recorrido es corto, tranquilo y visualmente impresionante. Apenas 10 km separan estos tres
pueblos costeros, y lo mejor es que cada uno cuenta con todos los servicios necesarios. Se camina entre viñedos, con vistas al mar y pasos muy suaves, ideales para porteo.

Puedes hacer noche en cualquiera de las localidades, todas encantadoras y muy bien preparadas para el turismo familiar.

Etapa 3: Deba – Markina-Xemein (fraccionable si se desea)

Aunque esta etapa tiene algo más de desnivel, es perfectamente  asequible si la haces sin prisas o partes desde un punto intermedio. La conexión entre estos dos pueblos te adentra en una zona más rural y silenciosa, ideal si buscas naturaleza y desconexión.

En días nublados o frescos, esta ruta puede ser una maravilla. Si el clima no acompaña, no hay
problema: ambos puntos están bien comunicados y puedes modificar sobre la marcha.

Etapa 4: Gernika – Lezama o Lezama – Bilbao

Esta parte del Camino tiene dos ventajas: es más urbana y más fácil de ajustar en función de tu
energía. Desde Gernika hasta Lezama hay unos 20 km, pero puedes hacer solo la segunda parte (Lezama–Bilbao), que es mucho más llevadera y está bien señalizada.

El final en Bilbao también permite descansar, reponer fuerzas y disfrutar de una ciudad muy baby-friendly antes de volver a casa.

Madre dando el pecho a su bebé durante una parada en el Camino de Santiago

Consejos prácticos para mamás que quieren hacer el Camino

Caminar con tu bebé puede ser una experiencia preciosa, pero hay algunos detalles que conviene tener en cuenta para que todo fluya.

No te exijas demasiado: si un día no te apetece caminar, descansa. El Camino siempre
espera.
Elige alojamientos con baño privado y acceso sencillo: mejor si tienen calefacción, agua
caliente y una pequeña nevera.
Sal temprano: sobre todo en meses cálidos, para evitar las horas de más calor y aprovechar el ritmo tranquilo de la mañana.
Haz paradas frecuentes: no pasa nada por parar cada hora, o incluso más. Lleva una manta
ligera para sentarte en el suelo si no hay bancos.
Lleva siempre a mano lo esencial: agua, algo de fruta o frutos secos, una muda, muselina,
pañales y un mini botiquín con lo básico.
Revisa el tiempo antes de salir: aunque la lluvia no siempre se puede evitar, caminar
empapada con un bebé no es lo ideal.
Ten un plan B: apunta los números de taxis locales, horarios de tren o bus, y ten siempre
cargado el móvil.

¿Y si algo va mal? Planes B, transporte y tranquilidad mental

La ansiedad forma parte de muchas decisiones que tomamos al convertirnos en madres, y el Camino no es la excepción. Pero lo bueno de las etapas mencionadas es que, aunque vayas sola o sea tu primer viaje con tu bebé, no estás en medio de la nada.

La mayoría de los tramos que hemos señalado tienen acceso fácil a carreteras secundarias, taxis o transporte público. Si un día necesitas interrumpir la caminata, volver al punto anterior o adelantar tu llegada al alojamiento, no te costará encontrar ayuda.

Lo más importante es recordar que no hay forma “correcta” de hacer el Camino. Si caminas tres
etapas en cinco días, está bien. Si haces solo una y decides descansar el resto, también. La experiencia sigue siendo válida, sanadora y llena de pequeños logros.

Señal amarilla del Camino de Santiago en una ruta apta para bebés

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